El festival

Segovia, al encuentro del cine

Sé_Cine, la Muestra de Cine de Segovia, vuelve a las pantallas segovianas para ofrecer una extraordinaria selección de las mejores películas del último año y un amplio abanico de actividades en torno a la cultura cinematográfica. La programación de esta edición, que ha contado con la colaboración de dos grandes conocedores del panorama cinematográfico internacional, Manuel Asín y Pablo García Canga, incluye más de una cuarentena de películas, muchas de ellas no estrenadas aún en salas de nuestro país, y que reivindican el cine y las salas como “un lugar de encuentro” de culturas. Es una selección marcada por el signo de la calidad y de la diversidad, centrada en Europa, pero con aportaciones procedentes de todos los continentes, y con especial atención a las películas destacadas en los mejores festivales cinematográficos del mundo.

Presentaciones, encuentros con los creadores, talleres en torno a los oficios del cine, una campaña escolar, actividades infantiles, un concierto de bandas sonoras para todos los públicos, y una exposición muy especial que une cine, moda y solidaridad, con las mejores actrices españolas del momento a cargo del fotógrafo Omar Ayyashi, completan el programa de Sé_Cine, y convierten esta Muestra, que recoge la herencia de MUCES, en una cita ineludible para los amantes del Séptimo Arte.

Además de la sección principal, la programación, que se proyectará en varias salas de la ciudad, cuenta con varios ciclos paralelos que nos acercarán al mejor cine documental de todo el mundo, a las obras más peculiares y personales del cine español contemporáneo, y a los Premios LUX, ciclo organizado con la colaboración de la oficina municipal Europe Direct.

Mención especial merece la inclusión en este Sé_Cine de una sección específica dedicada al llamado Cine de Patrimonio, una tendencia muy importante en el panorama de la exhibición y distribución actual, y que destaca la importancia de las obras cinematográficas como parte de nuestro patrimonio cultural. Este tipo de cine se nutre de restauraciones y recuperaciones de obras clásicas, que son reestrenadas en la actualidad, destacando su dimensión patrimonial, es decir, su carácter de obras de arte reconocidas por la comunidad creativa como referentes en la historia del cine. Así, las recuperaciones de clásicos como el Nosferatu, de la mano del mayor especialista internacional en Murnau, Luciano Berriatúa, de figuras como el recientemente desaparecido Jean-Luc Godard, de la mano de otro histórico del cine español, Paulino Viota, se unen a una mesa redonda con algunas de las distribuidoras que protagonizan el renacimiento de este «cine de patrimonio», para completar este nuevo enfoque, en el que el festival segoviano quiere desde ya constituirse como referente nacional.

Esta edición de Sé_Cine contará con la presencia de grandes nombres del cine de nuestro país, como el director José Luis Guerin, que volverá a los espacios donde rodó una de sus películas más personales, Los motivos de Berta; o Jonas Trueba, un asiduo del festival que presentará junto a la actriz Itsaso Arana su último trabajo conjunto, Tenéis que venir a verla. Los talleres y Master Class también estarán protagonizados por destacados profesionales, como la actriz Ruth Gabriel o el productor Manuel Cristóbal, ganador de cinco Goyas.

Este año la Muestra recupera la Fiesta del Cine y el reconocimiento a una destacada figura cinematográfica. En este caso el premio de Sé_Cine sumará a su extraordinaria nómina de galardonados la figura de Petra Martínez, una de las actrices más queridas de la televisión, el teatro y el cine español. Esta entrañable intérprete se ha hecho en los últimos años con los mayores reconocimientos que se conceden en nuestro país, como el Nacional de Teatro o el premio Feroz y la nominación al Goya por su interpretación en La vida era eso, que también puede verse en la Muestra. En Petra Martínez está la memoria de una cierta manera de entender el oficio de actriz. Ella es un símbolo de la gran tradición actoral española, y un referente para las actrices más jóvenes, también por su defensa de la dignidad de un oficio en el que las mujeres han de luchar por encontrar un hueco, especialmente a partir de cierta edad. La entrega de su galardón será sin duda una fiesta con la que hacer público, en el simbólico marco del campus de Segovia de la Universidad de Valladolid, el reconocimiento a una profesional que ha entregado su vida a la interpretación, derribando las barreras de los géneros y las edades, hasta el punto de convertirse en un personaje tan cercano a nosotros como si perteneciera a nuestra propia familia. Esa es también una parte importante de la magia del cine: la de extender nuestros afectos, nuestra admiración, nuestro asombro.

Disfrutemos de esta fiesta de afectos para que este Sé_Cine sea, una vez más, un encuentro de la ciudad con lo mejor que nos ofrece la cultura: el conocimiento del mundo y de la humanidad, más allá de prejuicios y de diferencias.

 

Clara María Martín García
Alcaldesa de Segovia

Otra luz se enciende

Atardece. Empieza a refrescar. Caminamos por calles que conocemos bien. Es la ciudad en la que vivimos. Son las calles que vemos cada día. Vamos con nuestras preocupaciones, también con nuestras alegrías. En solitario o en compañía. Entramos en un cine. Nos sentamos. Las luces se apagan. Otra luz se enciende. Es la del proyector. En la pantalla aparecen nuevas calles. No son las que conocemos. Es otra ciudad. Quizás otro país. Empieza una historia. Es una historia en la que los personajes también tienen sus preocupaciones y sus alegrías, que no son las nuestras. El cine, entonces, nos recuerda algo muy sencillo: nuestro mundo está hecho de muchas vidas, nuestro mundo está hecho de muchos mundos. Nos llegan historias de Europa, de Asia, de África y de América. Historias de humanos, de plantas y de animales. Historias del presente, del pasado e incluso del futuro, porque en realidad pasado y futuro son también parte de nuestro presente. Historias que se hunden en lo profundo de la tierra o que se elevan hasta las nubes. Esperanzas, luchas, amores, amistades y secretos. Heroísmos y apaños. Atravesamos Islandia, nos mudamos a Suiza, buscamos trabajo en Argentina, nos dejamos llevar por el azar en Corea, nos hacemos mayores en Canadá… Allí, en la sala de cine, se nos abre el mundo, se nos abre todo un panorama.

O puede suceder, también, que esas calles que vemos sean las de nuestro país. Y también nuestro país, que creemos conocer bien, está hecho de muchos mundos. Mundos en los que cabe el misterio. Mundos en los que se lucha por encontrar la propia identidad, ya sea sexual, política o artística. Mundos en los que a veces las cosas son difíciles, por no decir imposibles. Mundos en los que a veces las convenciones pesan y el diálogo se hace hosco y se convierte en disputa, pero también mundos llenos de gracia, de amor y de amistad, mundos en los que se puede cantar, pintar e incluso, a veces, dialogar para entenderse mejor, para vivir mejor. Y así, en el cine, nuestro país deja de ser uniforme y se vuelve, también, un panorama de vidas y experiencias.

Y, aunque toda película mezcla lo real y lo ficticio, a veces sucede que la balanza se inclina más del lado de lo real, del lado del documento. Documentar la Historia que nos explica las raíces de una guerra actual. Documentar la propia familia de tal manera que, a pesar de las dificultades y de las distancias, sintamos los lazos que nos unen. Documentar a personas que, en un empeño modesto pero heroico, buscan preservar la memoria de un pueblo o la memoria propia, la memoria de una vida que resiste a las injusticias. Hacer un panorama de nuestro presente es también hacer un panorama de su memoria documental.

Hay, también, películas en las que, a primera vista, no sucede casi nada. Películas en modo menor de cineastas que nos invitan no a mirar hacia lo lejos, sino a mirarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean. Películas que cuentan historias pero que juegan con el límite de casi no contarlas. Y, al fin y al cabo, ¿no están nuestras vidas hechas en gran parte de eso, de momentos que no son una “historia”? Y, sin embargo, si recordamos momentos felices, si recordamos a la gente a la que queremos, ¿no recordamos en gran parte momentos así? ¿No recordamos sobre todo ese placer de, simplemente, estar juntos? ¿No es eso lo que más hemos echado de menos en los momentos más complicados de los últimos años? “En modo menor” son tres películas que nos invitan a ese placer: compartir tiempo con sus personajes. Películas que nos ayudan, también, a sentir más plenamente los momentos que compartimos en el amor y, sobre todo, en la amistad. El cine en modo menor es un cine hecho con confianza, un cine hecho por y para la amistad.

Y, por supuesto, si hay películas actuales que nos acercan la memoria de tiempos pasados, existen también todas las películas del pasado, pues el cine es, desde 1895, una memoria formidable, una memoria en marcha. Pero toda memoria necesita ser cuidada. Tan importante como acompañar y ver las películas del presente es cuidar y ver las películas del pasado, las películas que son nuestra memoria compartida, nuestro patrimonio común. Nuestro presente es también el presente de las cosas pasadas pues toda película, de ahora o de hace cien años, es una película del presente, una película que viaja hacia nosotros. Es necesario conocer y aplaudir el trabajo de aquellos que preservan esa memoria y que la hacen visible, habitable, parte de nuestro ahora, que nos permiten recuperar anhelos, audacias, temores y bellezas de otro tiempo.

Al final, la luz del proyector se apaga y las luces de la sala se encienden. Los mundos de la pantalla parecen llegar a su fin, pero en realidad siguen viviendo en nosotros. Salimos a la calle, solitarios o acompañados, en silencio o conversando, y algo ha cambiado en nosotros, nuestro mundo se ha ensanchado un poco en contacto con otros mundos. Quizás hablemos con la gente que ha compartido con nosotros la sesión, conocidos o desconocidos. O quizás al día siguiente le contemos a alguien: “Ayer vi una película, trataba de…” Y así nos pondremos, también, a compartir mundos.

 

Pablo García Canga y Manuel Asín
Asesores de programación